El camino de las constelaciones familiares

En un inicio fue una técnica desarrollada por Bert Hellinger que sana eventos dolorosos en el pasado de nuestras familias y muestra un camino, que por su movimiento hacia la inclusión, nos deja entrever momentos que podemos llamar espirituales. Incluye lo que hubo antes y sigue estando dentro de nosotros, para que tengamos libertad de seguir nuestro llamado más profundo en el aquí y el ahora; una conexión que va aumentando su profundidad hacia la totalidad de la vida y la fuente de ésta.

El trabajo de Bert Hellinger está dedicado a unir por medio de la inclusión y reconciliación, lo que ha sido separado; unirse desde el lugar del corazón, moviéndose hacia delante en un profundo asentimiento a la vida tal cual es.

Las Constelaciones Familiares ofrecen un camino para sanar. Recibimos la vida a través de nuestros padres y existimos como parte de una familia. En cada Constelación, la sanación del corazón es un evento que se comparte con los nuestros como un todo.

De primer momento, los embrollos dolorosos que existen dentro del sistema familiar, surgen a la luz, se revelan los más profundos sentimientos, experimentamos la intensa conexión que existe con los nuestros y la intención amorosa que existe en todo lo sucedido. Cuando experimentamos esto, el flujo del amor a través del orden comienza a surgir y podemos expresar el respeto, el asentimiento y el amor maduro se hace posible.

Una Constelación, desde el movimiento de la conciencia, se completa cuando todos los miembros están presentes y sienten que están en su lugar, y pueden mirarse unos a los otros y ser incluidos.

Bert Hellinger, aplicó los Órdenes del Amor para explicar el orden natural del amor dentro de una familia y en otros sistemas de relación importantes. Esto tiene que ver con el lugar correcto y los roles de los miembros de un sistema.

Sólo hasta que los Órdenes del Amor han sido restaurados, los individuos se sienten seguros y por lo tanto libres. Al tener su propio lugar, saben qué función cumplen. Conectados con todos los que pertenecen, los miembros de un sistema se saben que pertenecen, con la fuerza que la familia les aporta desde atrás. Cuando se reconoce la conexión, las responsabilidades son vistas, compartidas y cada miembro se siente en paz. Ahora cada uno puede seguir su propia individualidad llevando en el corazón, con una nueva mirada, a sus seres queridos.